Gnocchi con salsa napolitana

Pelamos la cebolla y la picamos, junto con el pimiento verde, en «brunoise» (daditos).
Calentamos aceite de oliva en una sartén y metemos la cebolla y el pimiento para estofarlos.
Cuando esté medio hechos, añadimos el ajo, la guindilla (opcional) y los tomates pelados sin pepitas.
Lo dejamos a fuego lento hasta que el tomate se deshaga y se evapore todo el líquido.
Si observáramos que la salsa queda demasiado espesa la podemos rescatar añadiendo un poco de agua de la que hemos usado para hervir los gnocchi.

Lavamos las patatas y las hervimos enteras, con piel.
Cuando estén blandas, las pelamos y las aplastamos. Después las pasamos por un colador (o por un pasapuré).
Mezclamos nuestro «puré» con los huevos, que añadimos desde dentro.
Agregamos la harina (poquita, conforme veamos que va necesitando).
Ponemos la masa en una tabla o encimera enharinada y la trabajamos hasta que se separe de las manos y podamos moldearla haciendo una bola.
Dejamos que repose la masa.
Mientras reposa, preparamos la salsa napolitana (ver arriba).
Damos forma a la masa de patata formando cilindros finos y alargados que cortaremos con un cuchillo en porciones de 1cm y les damos la forma deseada.
Damos forma a las rayas de los gnocchi con un tenedor.
Los ponemos en agua hirviendo, a cocer, con sal, hasta que floten en la superficie.
Cuando floten, los sacamos del agua y los escurrimos y los agregamos a la salsa y damos un hervor a todo junto.
Rallamos un poco de queso parmesano para cubrir los gnocchi emplatados.